El café es una de las bebidas estimulantes más consumidas en el planeta. Los granos de café tienen una larga historia que abarca generaciones y continentes, por lo que no sorprende que esta bebida tenga una tendencia a desarrollar un folklore que le acompaña.
Sin embargo, algunos mitos son muy populares y son comúnmente tomados como hechos. Por lo tanto, a continuación desmentimos algunos de los mitos y conceptos erróneos más comunes sobre el café. ¡Queremos disfrutar de esta deliciosa bebida sin remordimientos! Te ayudamos a convertirte en el consumidor de café más informado en la materia.
Primero lo primero, 3 mitos y verdades sobre el café
- El café no causa insomnio. Sí, aunque no lo creas, ya que aunque el café es rico en cafeína, que es una sustancia capaz de aumentar la atención y disminuir la sensación de sueño, no causa insomnio, pues su efecto va disminuyendo a medida que se metaboliza. Y si no eres sensible a la cafeína, puedes disfrutar de hasta 4 tazas de café antes de tu hora de dormir y no afectará tu sueño.
- El café sube la tensión arterial. Sí, esto es verdad, pero solo de forma transitoria. Los estudios muestran que el consumo de café provoca un aumento temporal en la presión arterial, pero no se ha demostrado que su consumo moderado afecte en la hipertensión.
- El café con leche no tiene menos cafeína que el café solo. Los niveles de cafeína no se alteran si le agregamos leche, más bien estos niveles dependen del tipo de café que se consuma y la cantidad que utilices.
Hay muchísimos componentes que tiene la cafeína. La adenosina y el cortisol tienen mucho que ver con los niveles de energía y estos son afectos por la cafeína. Justo al despertar, los niveles de energía son altos, pues la adenosina está en su punto más bajo. Así que, en teoría, tomar café por la mañana haría casi inexistentes los niveles de adenosina.
La cafeína también provoca un pico de cortisol en el cuerpo, haciéndote sentir potencialmente estresado y alerta, pero el cortisol ya está en su punto máximo justo cuando te despiertas. ¿El café hará que esto suba más? Quizás. Pero si es así, ¿realmente queremos que nuestros niveles de cortisol sean peligrosamente altos todas las mañanas de todos los días?
Por eso, la hora ideal para tomar café durante el día es cuando tu energía está más baja, cuando necesites un empujón para poder continuar con una tarea, en tus horas de trabajo más productivas.
Está más que comprobado que es erróneo culpar al café de hacer daño a la salud, además que es más conveniente tomar cuando tus niveles de energía están más bajos y necesitas concentrarte, pues la cafeína te ayudará a revolucionar tus neurotransmisores y hormonas para ayudarte a completar tus tareas. Sin embargo, si eres sensible a la cafeína eres más vulnerable a que los efectos lleguen a un punto más perjudicial para tu día, incluso puede afectar tu sueño.