Probablemente has escuchado hablar de esta famosa bebida, ¿pero en qué radica lo especial de ella?
A diferencia de otras bebidas, el mezcal es conocido por su concentración alcohólica que se logra gracias a su proceso de destilación. Brindándonos una experiencia que requiere que pongamos en uso nuestros sentidos para poder degustar, dándole un propósito a cada uno de estos.
Observa el color y el cuerpo
Previo a la degustación, la recomendación, será beberlo en un recipiente de cristal ya sea una cristalera o una copa, esto nos permitirá percibir y ver sus colores y olores. Identificando el cuerpo del líquido más fácilmente.
A través de este sentido podremos apreciar las perlas, pequeñas burbujas que se forman en la parte superior, aquí podremos saber si nuestro mezcal tiene una destilación correcta. El siguiente paso será ladear ligeramente nuestra copa, para poder apreciar las lágrimas de la mezcla de alcohol y aceites esenciales que se forman en la copa, vuelve a menear la copa y déjala reposar entre 5 a 20 segundos. Date el tiempo de observar cuántas lágrimas se comienzan a formar, entre más lágrimas se formen, mayor es la concentración alcohólica de tu bebida.
Toca y huele el mezcal
Pasando al tacto, empieza por frotar la punta de tus dedos en el líquido, en este paso comenzarás a percibir los aceites esenciales, de la mano usaremos nuestro sentido del olfato, comenzando a percibir el líquido en nuestros dedos, inclinamos la copa acercándose a la punta de la nariz, y olfateamos suave y lentamente nuestro mezcal, comenzando a notas los aromas naturales.
Toma “besos” de mezcal
Por último, y más importante, que determinara si terminamos enamorándonos de esta famosa bebida, el gusto o como popularmente se le conoce cuando se trata de mezcal: a besos, porque la recomendación siempre será que no tomes el mezcal, sino que lo beses, disfrutando de esta experiencia gustativa.
Solo hay que llevar nuestra copa a los labios, remojando solo un poco de ellos con el líquido. Ahora se acerca de nuevo la copa a tu nariz, empezando con un pequeño trago, pasando por toda tu boca el líquido e ingiere. Dejando que la boca se familiarice con la sensación y sabor de la bebida.
Después, se vuelve a exhalar el mezcal con la boca cerrada y da un pequeño trago, este beso permitirá que tus papilas gustativas perciban e identifiquen sus sabores. Comenzando a sentir en la punta de tu lengua sabores: ácidos o florales. En el centro de tu lengua identificarás los sabores minerales. Mientras que en los laterales podremos identificar sabores más picantes o con mayor concentración de especias.
Después de este tercer trago, date un momento e inhala lentamente por la nariz, volviendo a percibir todos estos olores del principio pero ahora conectándose con los ya probados, capturando el espíritu de la bebida. Recuerda que la clave para disfrutar de esta bebida, serán los famosos besos.